OLG, una parroquia jesuita

Nuestra Señora de Guadalupe

Una parroquia jesuita


La vida parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe está inspirada en la espiritualidad ignaciana. Su convicción central es que Dios está activo en todas las dimensiones de nuestra vida. Independientemente de lo que hayamos hecho o pensemos de nosotros mismos, Dios siempre nos está dirigiendo y guiando a

totalidad, un significado más profundo y un mayor propósito.


La misión de Jesús es hacer realidad los grandes planes de Dios para nosotros. La Espiritualidad Ignaciana suscita una entrega sincera de nosotros mismos y el deseo de participar en la misión de Jesús. Mientras lo acompañamos, su viaje se convierte en nuestro viaje y su meta se convierte en nuestra meta.


Inspirado para responder más efectivamente a la dirección de Dios, San Ignacio (el fundador de la Compañía de Jesús, también conocido como “Jesuitas”) desarrolló un Retiro conocido como los Ejercicios Espirituales. Es la raíz de la Espiritualidad Ignaciana. Los Ejercicios Espirituales

nos ofrecen una invitación a intimar más con Jesús adentrándonos profundamente en su vida, ministerio, sufrimiento, muerte y resurrección. A través de “Los Ejercicios” experimentamos lo que Jesús amaba, valoraba y priorizaba en un nivel profundo. El

la experiencia nos obliga a imitarlo prestando atención a los valores de su mente y corazón.


Muchos que sinceramente desean seguir la voluntad de Dios encuentran esta forma de espiritualidad práctica para la vida diaria. Su uso habitual ofrece una herramienta para la toma de decisiones y la planificación de la vida.


Nuestras vidas deben basarse en la oración


La comunión de Jesús con Dios se basaba en la oración. Esto lo impulsó a vivir como una persona auténtica, plenamente viva ante un Dios amoroso y misericordioso. A través de esta conexión, Jesús dio esperanza y sanación a los pobres, especialmente a aquellos socialmente

y marginados económicamente. Habló de alegría, paz y justicia. Guió a hombres y mujeres a seguir su misión de ayudar a otros a ser completos y santos.


Asimismo, San Ignacio nos exhortaría a reflexionar sobre nuestras experiencias de vida y llevarlas al diálogo con Dios. A través de nuestra conversación, debemos buscar la presencia activa de Dios mientras discernimos la orientación hacia la cual Dios nos está guiando. Para ello empleó el Examen de Conciencia. Es una forma de oración que fomenta la sensibilidad a la voluntad de Dios a través de la interpretación de los movimientos interiores y el cultivo de los grandes deseos.


Estas formas de acercarse a Dios fueron el regalo de San Ignacio al mundo. Aunque su perspectiva espiritual puede parecer nueva e incluso extraña para algunos, ha sido la inspiración para los jesuitas y miles de personas más desde principios del siglo XVI. Ha ayudado a la gente común a concebir formas imaginativas de hacer contribuciones extraordinarias al mundo, todo “Para la mayor gloria de Dios”.


Oración de Generosidad


En el corazón del servicio a Dios está la generosidad radical que Ignacio pidió en esta oración:


Señor, enséñame a ser generoso. Enséñame a servirte como te mereces; dar y no

calcular el costo, luchar y no hacer caso de las heridas, trabajar y no buscar descanso,

trabajar y no pedir recompensa, sino la de saber que hago tu voluntad.


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